Cada enero, alrededor de 10.000 ballenas jorobadas migran a Hawái por varios meses para dar a luz y criar a sus bebés. Para tomar el vídeo, los científicos utilizaron distintas tecnologías, desde grabadores acústicos, acelerómetros o sensores de presión hasta cámaras con las que equiparon a siete ballenatos.
Además, utilizaron drones para observar la interacción de las ballenas desde arriba. Los investigadores destacan que las cámaras y los sensores no fueron invasivos, puesto que fueron anclados a las ballenas por medio de copillas de succión especiales.
Aparte de la propia crianza de las pequeñas ballenas, los científicos recopilaron datos valiosos sobre las interacciones entre estos animales, que pueden tener unas relaciones sociales sumamente complicadas.
"Ahora podemos ver lo que ven, a qué se enfrentan y qué experimentan estos animales", declaró el biólogo marino Lars Bejder, de la Universidad de Hawái.