Estos buques, que deberán atracar en mayo del 2020, llenarán rápidamente todos los almacenes situados en la costa del golfo de EEUU. Se trata de un volumen siete veces mayor del que estos territorios solían recibir durante un mes típico del año pasado.
Sin embargo, hay expertos que se muestran más positivos con sus pronósticos sobre el nuevo suministro de crudo. Por ejemplo, el expresidente de la empresa Centennial Resource Development, Mark Papa, resumió que el crudo saudí será malo para EEUU solo "a corto plazo".
No es un secreto que el exceso de oferta creado por estos suministros amenaza con reducir aún más los precios ya bajos del crudo y con presionar a los productores estadounidenses desde Dakota del Norte hasta Texas para que estos cierren finalmente la extracción en sus pozos.
La semana pasada las reservas de crudo en EEUU aumentaron en 19,2 millones de barriles, según el Departamento de Energía. Eso hizo que el precio de referencia se desplomase hasta los 19,87 por barril, el nivel más bajo en 18 años. Al mismo tiempo el precio de los contratos de futuros de la marca WTI con el suministro en mayo se hundió por debajo de cero. Los precios sufrieron esta dinámica porque EEUU llegó a quedarse sin espacio para almacenar el petróleo.
Sin embargo, varias fuentes estadounidenses destacaron que sí que había almacenes libres en aquella situación. De ser ese el caso la caída en el precio podría explicarse si alguien hubiese reservado el espacio restante, sugiere el columnista ruso Iván Danilov en su artículo para la versión rusa de Sputnik.
Los buques saudíes que ya han tomado rumbo a EEUU fueron cargados de petróleo en marzo y a comienzos de abril, cuando Riad buscaba incrementar la extracción de crudo con el objetivo de bajar los precios y ganar cuota de mercado. Desde entonces EEUU llegó a un acuerdo con casi dos docenas de países, incluida Arabia Saudí, acerca de una histórica reducción de la producción de crudo para poder estabilizar los mercados.
"En gran parte esa flotilla de buques cisterna se parece a un lento torpedo disparado contra el buque de la revolución de esquisto de EEUU, que ya está a punto de naufragar", opina el columnista ruso.
Esta es la razón por la que los presidentes, los accionistas y los acreedores de las empresas estadounidenses tratan de influir en la situación en el mercado a través de los medios de comunicación y los grupos de presión en la Casa Blanca, enfatiza el autor del artículo.
Con el objetivo de aliviar el impacto del tsunami que se avecina el presidente estadounidense, Donald Trump, podría prohibir descargar este petróleo bajo el pretexto de proteger la seguridad nacional. No obstante, esta medida apenas rectificaría una situación tan difícil, considera Danilov.
"El mercado mundial tiene una grave escasez de cisternas, lo que significa que la prohibición de descargar los suministros saudíes en EEUU privará al mundo de otros reservorios con capacidad de almacenamiento de entre 30 y 32 millones de barriles. Este desenlace también se convertirá en un factor que afectará a los precios del crudo", concluye el periodista.