Los vehículos blindados son probados en las condiciones más extremas. Cuando es posible, son incluso enviados a zonas de conflictos bélicos reales, como es el caso del nuevo T-14, que se puso a prueba en Siria. Hoy, Sputnik comparte con sus lectores los detalles de los rigurosos exámenes que los carros de combate rusos necesitan aprobar antes de entrar en las filas de las FFAA.
De la teoría a la práctica
Garantizar que un nuevo tanque cumpla con todas las especificaciones tácticas y técnicas requeridas es un proceso que, a veces, lleva varios años. Los vehículos blindados se prueban de acuerdo con varios estándares estatales para atestar la calidad de los componentes, de los elementos estructurales y del producto como un todo. Las pruebas comienzan ya en las fábricas, ya que todas las empresas de la industria de defensa de Rusia están obligadas a verificar sus nuevos lanzamientos de forma independiente.
Otra importante etapa son las pruebas climáticas, explica a Sputnik Víktor Murajovsky, editor de la revista Arsenal Otechestva (Arsenal de la Patria, en español).
"El equipo debe permanecer operativo entre temperaturas de menos 50 a más 50 grados centígrados. Las plantas tienen cámaras climáticas especiales donde se ponen a prueba los tanques durante mucho tiempo a bajas y altas temperaturas", explicó el experto militar.
Los vehículos se ponen a prueba también en las diferentes regiones del país, desde el gélido Ártico hasta las cálidas regiones sureñas, donde las temperaturas en verano pueden fácilmente alcanzar los 40 o 45 grados Celsius. Además, el motor, el sistema de control de disparos y las armas se prueban en las montañas.
Kilómetros y más kilómetros
Un aspecto al cual se dedica especial atención en las pruebas es la resistencia de los tanques en largos recorridos. En ellos, se observan no solo cómo reacciona el motor y la transmisión, sino también los controles y los aparatos de comunicación.
"Una marcha de tres días con un ritmo de 300 o 400 kilómetros por día afecta no solo a los elementos de movimiento. Es importante entender cómo funciona el sistema de control de disparos después de eso, en qué condición se encuentran los proyectiles; cómo se siente la tripulación, si permanecen en condiciones de combate o no. Es decir, se comprueba la ergonomía", detalló Murajovsky.
De acuerdo con el coronel general Serguéi Maev, exdirector del Departamento de vehículos blindados del Ministerio de Defensa, en los tiempos de la Unión Soviética, los tanques viajaban por todo el país, durante varios días seguidos.
"Los convoyes de vehículos en prueba viajaban unos 1.500, 2.000 kilómetros. Cada uno de los tanques era acompañado por un especialista del instituto de ingeniería o de la Academia de Fuerzas Blindadas. Evaluaban todos los parámetros que garantizaban el uso y la efectividad en el combate. Como regla general, tales operaciones no se anunciaban, todos los vehículos eran camuflados, pues se trataba de un nuevo desarrollo", detalló Maev.
Los viajes de miles de kilómetros de los nuevos tanques tienen una larga historia. Los T-34, considerados hasta el día de hoy los tanques que vencieron en la Gran Guerra Patria se pusieron a prueba en 1940. En aquella ocasión, dos ejemplares recorrieron la distancia de Járkov a Moscú, ida y vuelta. Es decir, un trayecto de más de 1.500 kilómetros
Elección informada
La etapa final del programa de pruebas es lo que se llama operación militar experimental. Solo después de su conclusión es que la comisión estatal firma el acto de recomendación para la adopción del nuevo tanque en el servicio de las Fuerzas Armadas.
Es justamente cuando se pone en operación con las tropas que realmente se descubre cuán resistente es el tanque, cuáles son sus posibles defectos, qué es capaz de hacer y qué no y cuáles son los medios necesarios para su mantenimiento y reparación.
Maev recuerda la venta de los T-90 a la Fuerzas Armadas de la India. Aunque el país asiático ya había tomado la decisión de comprar los tanques rusos, decidió revisar los carros de combates en acción antes de firmar definitivamente el contrato.
"Tres tanques, acompañados por expertos rusos, fueron enviados al desierto de Thar, en la frontera con Pakistán, durante tres meses. Los indios exigieron un motor de 1.000 caballos de fuerza, pero solo teníamos uno de 840. Creamos rápidamente el motor B-92, aumentamos su potencia, lo probamos e instalamos en el vehículo", contó Maev.
Los tanques concluyeron las pruebas, consideradas extremadamente difíciles por el coronel general, con éxito. Uno de los vehículos se sobrecalentó, algo que se hizo de manera intencional por el conductor indio, pese a repetidas advertencias.
"Aparentemente, le fue dada esta tarea. Elevó la temperatura del refrigerante varias veces a valores inaceptables y el motor no resistió", detalló el militar.
Sin embargo, este episodio fue positivo para los expertos rusos. No cambiaron todo el motor, aunque había algunos de reserva a disposición. Lo restauraron directamente "en el campo" utilizando un sencillo kit de reparación de fábrica. En solo 15 horas, el motor defectuoso fue restaurado y recorrió otros 1.500 kilómetros.
"Con esto confirmamos la alta confiabilidad y facilidad de mantenimiento del T-90, lo que fue el argumento decisivo para los indios para ponerlo en servicio", apuntó Maev.
El combate, la prueba final
Sin embargo, la prueba definitiva de cualquier armamento es el combate real. La URSS puso a prueba numerosos nuevos equipos en Afganistán. Allí se probaron decenas de vehículos blindados, armas pequeñas, aviones y helicópteros, equipos de reconocimiento y de comunicaciones, radares y proyectiles.
Según el Ministerio de Defensa, como resultado de las pruebas de combate reales se detuvo el desarrollo y la producción de más de 10 tipos de armas rusas futuras, mientras que se modernizaron otras 300.