La decisión, que ha suscitado una considerable oposición dentro del moribundo partido, deberá confirmarse en una convención digital que se celebrará el 26 de abril.
El partido laborista, que en últimas elecciones fue de la mano de otras formaciones de centro y liberales, obtuvo solo tres escaños y los sondeos que se han realizado estos últimos días no le atribuyen ningún escaño si ahora se volvieran a celebrar elecciones.
Biran escribió el 22 de abril una carta a Peretz en la que afirma que la convocatoria de la convención se ha hecho de manera apresurada y es "un robo político".
Peretz defiende la entrada en el Gobierno argumentando que la "crisis socioeconómica" causada por el coronavirus obliga a los laboristas a aliarse con Netanyahu.
El peso que el partido laborista tendría en la coalición de gobierno sería nulo ya que sus diputados no son necesarios en ningún caso.
"Voy a continuar mi lucha para salvar al partido de la extinción que mis colegas quieren causar", dijo Peretz.
El partido jugó un papel central en la política israelí durante décadas pero ahora es una formación absolutamente marginal sin ninguna incidencia en la vida pública.