Con diseños de palmeras y flores sobre colores brillantes, las camisas hawaianas —o camisas aloha, de acuerdo a su denominación original en referencia al clásico saludo hawaiano— son un clásico de la vestimenta informal que ya ha sobrevivido a varios cambios de moda y que sigue siendo una pieza clave en el guardarropas de verano en todo el mundo.
Para entender cómo sucedió hay que poner el foco en los años treinta. La cultura hawaiana ya seducía a los estadounidenses desde la segunda década del siglo con su música e instrumentos como ukelele, que habían logrado colarse entre los clubes nocturnos de New York, recuerda un artículo de la revista Smithsonian Magazine.
Sin embargo, las típicas camisas no aparecerían en Hawai hasta mediados de los veinte. De acuerdo a los historiadores, el origen de las camisas puede encontrarse en la adaptación a vestimenta masculina de los tradicionales diseños de los kimonos utilizados por las mujeres japonesas que habitaban la isla.
Poco a poco, las camisas fueron llamando la atención de los turistas estadounidenses que visitan Hawái. La moda hizo el resto: los turistas en Hawai solían ser personas ricas y la moda que elegían rápidamente se extendía a las celebridades. El cantante Bring Crosby y el nadador olímpico Duke Kahanamoku fueron de los primeros que hicieron acuerdos comerciales para vestir este tipo de camisas, recuerda la revista.
El final de la Segunda Guerra Mundial permitió que la moda de las camisas hawaianas volviera con fuerza. Sin embargo, estas prendas ya no eran iguales: los típicos diseños japoneses ya no eran bien vistos por los estadounidenses, por lo que mutaron hacia motivos más hawaianos.
En las décadas siguientes solo hubo crecimiento: El ícono del rock Elvis Presley utilizó una camisa hawaiana roja en su película Blue Hawaii en 1961. El presidente Richard Nixon también llegó a mostrarse con una camisa aloha.
Las camisas hawaianas y la masculinidad
A la luz del paso del tiempo, una de las grandes interrogantes es cómo pudieron estas camisas floreadas y coloridas volverse populares entre los hombres recios de la época, acostumbrados a las camisas, las corbatas y los colores oscuros del momento.
Según consigna la la revista Smithsonian, la década de 1930 fue una época difícil para los estadounidenses en general y de manera particular a los varones. La Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión de 1929 habían dejado a muchos sin empleo. La "masculinidad" de los hombres, que tenían dificultades para ser el sustento de sus familias, estaba en crisis.
"Será mejor que compres dos o tres porque seguro tu hija, hermana, esposa o incluso tu madre van a querer estas coloridas camisas tan pronto como las vean", decía un artículo en Los Ángeles Times en 1936 reproducido por Smithsonian Magazine.