Un caso es del Nuria Ramírez. Esta vecina de Vitoria perdió a su padre el 20 de marzo en el Hospital de Txagorritxu de la capital vasca. Ni ella, ni su madre, ni su hermana pudieron despedirse de él, a causa de las restricciones sanitarias que impiden que los familiares se acerquen a las personas contagiadas por el coronavirus.
Bajo la tendencia #NoSonUnNúmeroMás, Ramírez pide que todos los que han sufrido la pérdida de un familiar busquen el árbol más cercano a su domicilio e imiten su gesto para recordar a esas personas.
Una manera de visibilizar a las víctimas que ya ha tenido respuesta en Vitoria. Un movimiento al que se ha unido más gente, como Leyre Uzal, otra vecina de Vitoria, que homenajeó a su padre, Txalo Uzal. Una respuesta ciudadana que emociona a Ramírez, quien pretende llenar la capital vasca y España de estos altares improvisados a las víctimas del COVID-19. "Deciros que me he emocionado un montón cuando he visto que muy cerca del árbol de mi padre hay otro árbol lleno de luz con nombre y apellido. Muchas gracias de corazón. No tengo palabras".
"Seguid compartiendo y seguid poniendo nombre y apellido en los árboles de nuestros seres queridos", escribió la creadora de la iniciativa en su página de Facebook.
En el País Vasco hay más de 1.100 vidas segadas por el coronavirus, 323 solo en la provincia de Álava. En esa lista están José Ramón Ramírez y Txalo Uzal, que ahora tendrán su hueco en la corteza de los árboles de Vitoria.