"El Ayuntamiento de Buñol, en un ejercicio de responsabilidad por la situación que está acaeciendo a consecuencia de la pandemia de COVID-19 ha decidido cancelar la celebración de la Tomatina, un hecho que no sucedía desde 1957", informó Buñol en un comunicado.
Así lo anunció el consistorio de este pueblo valenciano tras reconocer "lo difícil que resultaría organizar" su fiesta "más internacional" en mitad de la emergencia sanitaria por el COVID-19 en España.
Se trata de una situación "donde no se podrían garantizar las condiciones óptimas de control sanitario para los participantes", lamentó el ayuntamiento.
El ayuntamiento calculó que el impacto económico de la cancelación de la Tomatina será de unos 200.000 euros, sin contar los perjuicios que esto ocasionará en los negocios de este municipio de menos de 10.000 habitantes.
Esta suspensión se une a la de otras festividades españolas de gran proyección internacional que fueron canceladas en 2020 por la crisis del coronavirus, como las fiestas de San Fermín de Pamplona o las Fallas de Valencia.