"En 2019, Amnistía Internacional registró 657 ejecuciones repartidas en 20 países, lo que supuso un descenso del 5% con respecto al año 2018, en el que se registraron, al menos, 690 ejecuciones. Se trata del número más bajo de ejecuciones registradas por Amnistía Internacional en al menos una década", señala el documento.
La AI afirmó que estas cifras no incluyen a China, país que según la organización fue el que realizó el mayor número de ejecuciones el año pasado.
Según la ONG, los otros mayores ejecutores mundiales en 2019 fueron Irán (al menos 251), Arabia Saudí (184), Irak (al menos 100) y Egipto (al menos 32), con lo que en estos cuatro países se realizó el 86% de todas las ejecuciones en el mundo.
De esos países, la AI destacó a Arabia Saudí que "ejecutó a un número sin precedentes de personas en 2019".
"Las autoridades saudíes ejecutaron a 184 personas el año pasado, el mayor número de ejecuciones registradas por Amnistía Internacional en un solo país en un año", constató.
La ONG precisó que "la mayoría de las ejecuciones se llevaron a cabo por delitos relacionados con las drogas y por asesinatos".
"No obstante, Amnistía Internacional también documentó un incremento en el empleo de la pena capital como arma política contra la disidencia de la minoría musulmana chií en Arabia Saudí. El 23 de abril de 2019 se llevó a cabo la ejecución masiva de 37 personas, entre ellas 32 hombres chiíes condenados por 'terrorismo' tras juicios que se basaron en confesiones obtenidas bajo tortura", apuntó.
"Trinidad y Tobago era el único país de la región donde la pena de muerte seguía siendo preceptiva para los delitos de asesinato", indicó.
A la vez la AI valoró que "Barbados eliminó de su Constitución la pena de muerte preceptiva".
"Mientras que en Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, Guatemala, Jamaica, San Cristóbal y Nieves y Santa Lucía no había personas condenadas a muerte y no se tuvo constancia de nuevas condenas", subrayó.