"Considerando los riesgos derivados de la pandemia del COVID-19 para la inflación, la actividad económica y los mercados financieros, se plantean retos importantes para la política monetaria y la economía en general", indicó el banco central en un comunicado.
Banxico también adoptó medidas adicionales para promover "el funcionamiento ordenado de los mercados financieros, fortalecer los canales de otorgamiento de crédito y proveer liquidez para el sano desarrollo del sistema financiero".
Los miembros del organismo rector del banco estatal estimaron que en el primer semestre de este año, el Producto Interno Bruto (PIB) de la segunda economía latinoamericana podría presentar una contracción mayor a 5%, a tasa anual.
"Si bien aún se desconocen la magnitud y duración de los efectos de la pandemia, y la información disponible aún es limitada, estimaciones iniciales sugieren que el PIB en el primer semestre de 2020 podría llegar a presentar una reducción mayor al 5% respecto del mismo periodo del año previo", dice el anuncio oficial.
Caída de precios del petróleo
La disminución de la actividad global también ha propiciado "una marcada disminución en los precios de las materias primas, especialmente del petróleo".
Asimismo, Banxico señala que diversos países instrumentaron medidas de estímulo fiscal para atenuar los efectos adversos que generaron desempleo y reducción de los ingresos de hogares y empresas.
"Este entorno ha conducido a un deterioro importante en las condiciones financieras globales, provocando una recomposición de los portafolios de los inversionistas hacia activos de menor riesgo y una reducción en la tenencia de activos de economías emergentes" explica el documento de la decisión monetaria.
No obstante este ajuste en los mercados financieros ha propiciado "una depreciación de las monedas de dichas economías y alta volatilidad en sus mercados cambiarios, incluyendo al peso mexicano", detalla el banco.
Banxico indica por ejemplo que tres agencias financieras internacionales (Moody's, Fitch Ratings, y Standard and Poor's), redujeron las calificaciones crediticias de la deuda soberana mexicana y de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), y dos de ellas (las dos primeras) "ubicaron a esta última por debajo del grado de inversión".
La inflación se vería presionada en dos frentes: "a la baja por la ampliación en la brecha negativa del producto y, en el corto plazo, por la reducción en los precios de los energéticos, particularmente de las gasolinas; al alza por la depreciación del tipo de cambio, lo cual dependerá de su magnitud y persistencia".
Finalmente, el banco central estima que las afectaciones sobre la actividad económica nacional derivadas de la pandemia, "conducirían a una contracción importante de la actividad económica del país en el primer semestre del año".
El último recorte a la tasa de interés fue el 20 de marzo, cuando adelantó su decisión de política monetaria una semana a 6,5%.