A nivel mundial, la demanda de los dispositivos médicos necesarios para la atención de este sector se ha incrementado por la emergencia asociada con el coronavirus. Entre los más demandados se encuentran los ventiladores, con los cuales se bombea oxígeno a los pulmones de los pacientes afectados por problemas respiratorios agudos.
El sitio web LatinUS, por ejemplo, informó que, con base en una solicitud de transparencia emitida por el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), 28 estados cuentan con 2.343 ventiladores médicos, aunque 58% de ellos no funciona, es decir, 1.364. Esto podría afectar la atención de los pacientes hospitalizados en la mayor parte del país, ya que el mismo reporte apunta a que entidades como Hidalgo, Tamaulipas, Tabasco y Estado de México sólo tienen aparatos obsoletos o que requieren alguna reparación.

Curiosamente, México es el octavo principal exportador de dispositivos médicos en América Latina, y el octavo a nivel mundial. La mayor parte de esos productos se destina a Estados Unidos, ya que son empresas de ese país quienes los fabrican. Incluso, el país latinoamericano ha tenido que recurrir a China para conseguir más ventiladores.
Al 13 de abril, la Secretaría de Salud afirma que de 1.696 pacientes hospitalizados por COVID-19, sólo 4.13% está intubado. Sin embargo, la alarma ante la necesidad de los ventiladores ha llevado a universidades e ingenieros a crear prototipos de estos dispositivos para ayudar a la atención de más pacientes. En la Universidad de Monterrey, por ejemplo, un grupo de estudiantes creó un ventilador de bajo costo, el cual se puede fabricar con materiales disponibles en ferreterías.

El 26 de marzo, el presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció esa carencia, motivo por el cual pidió, por un lado, que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) interviniera en el mercado de insumos médicos para garantizar que todos los pueblos tengan acceso a los equipos necesarios para enfrentar la emergencia sanitaria.
Por otro lado, el gabinete de Salud mexicano ha insistido en que las medidas de distanciamiento social e higiene personal son acciones fundamentales para reducir la curva de contagios en la población. Con ese motivo, el 16 de abril López-Gatell anunció la extensión de la Jornada Nacional de Sana Distancia hasta el 30 de mayo, al tiempo que adelantó el levantamiento del distanciamiento social al 17 de mayo en los municipios donde hay pocos casos de COVID-19.