En duro golpe para la principal fuente de divisas de la pequeña economía boliviana en las dos décadas pasadas, la pandemia parece ahogar también a las ventas del hidrocarburo a Argentina y Brasil, que ya venían en picada desde el año pasado por problemas internos de esos clientes.
"La demanda de los mercados argentino y brasileño por el gas estaba fuertemente presionada a la baja en los últimos meses y las esperanzas en su recuperación se están esfumando, porque ningún mercado es inmune al coronavirus", dijo a Sputnik el experto petrolero Juan Manuel Bravo, de la consultora local Materia Prima Plus.
Advirtió que las exportaciones de gas, que tienen a los dos vecinos como únicos compradores, "han comenzado a sufrir un hundimiento del cual no se recuperarán en menos de un quinquenio, en el mejor de los casos".
La brasileña Petrobras comunicó el 4 de abril a la petrolera boliviana YPFB que por razones de fuerza mayor emergentes de la crisis sanitaria comprará por tiempo indefinido solo 10 millones de metros cúbicos diarios (mmcd) de gas, cuatro millones por debajo del mínimo comprometida y sin garantizar que la demanda vuelva a niveles "normales" en un futuro previsible.
Con esta decisión, las compras brasileñas de gas serán solo un tercio, o menos, de lo que fueron durante la década pasada, cuando Petrobras hacía adquisiciones diarias superiores al máximo contratado de 32 mmcd, en una bonanza que comenzó a diluirse cuando el gigante brasileño dejó de ser el operador dominante de su país y redujo su demanda.
En marzo pasado, Petrobras impuso a YPFB nuevas condiciones para lo que queda del negocio hasta 2024: un volumen mínimo de 14 mmcd y un máximo de 20 mmcd.
A esto se suma una drástica reducción de los precios.
De más de 10 dólares el millón de unidades térmicas británicas hace cinco años, la cotización ronda ahora los cinco dólares y bajará aún más en el segundo semestre cuando se apliquen, en el valor del negocio de Bolivia con Argentina y Brasil, los precios ultra bajos actuales del crudo petrolero.
Millones menos
Las exportaciones bolivianas de gas natural sumaron 43.700 millones de dólares entre 2006 y 2018, cifra significativa si se considera que es prácticamente igual al Producto Interno Bruto del país en 2018, según un informe del Instituto Boliviano de Comercio Exterior.
Esas ventas alcanzaron su máximo en 2013, 6.113 millones de dólares, y bajaron levemente al año siguiente antes de caer en picada por una paulatina reducción de la demanda y la depresión de precios.
Según el Instituto Nacional de Estadística, las exportaciones de gas valieron 2.970 millones de dólares en 2018 y 2.694 millones en 2019, cuando por falta de mercado Bolivia solo pudo utilizar tres cuartas partes de su capacidad de producción.
Para 2020, YPFB presentó un plan optimista de recuperación, proyectando un ascenso de la producción a 51 mmcd, de los cuales Argentina compraría en promedio 10,5 mmcd, Brasil 28 mmcd y el mercado interno 12,5 mmcd, pero Brasil ha roto el esquema con su anuncio del 4 de abril.
Esto significa, según Bravo, que la meta boliviana de producir 51 mmcd de gas "se vuelve imposible de cumplir, con grave pérdida en los ingresos previstos".
"A la hora de la verdad, Petrobras parece encontrar en el coronavirus el pretexto que necesitaba para ahondar su retiro del mercado, comprando cada vez menos a Bolivia, mientras YPFB aún no cierra negocios con compradores privados brasileños", resumió Bravo.
La bonanza del gas "es cada vez más pasado, cada vez más lejana en el futuro", añadió, recordando que en el período 2006-2019 el gas y en general la nacionalizada industria petrolera dejó al Estado boliviano más de 37.000 millones de dólares de renta, en impuestos diversos y regalías.