Durante las maniobras, que se celebraron en la región de Kamchatka, los militares efectuaron más de 15 ataques con misiles contra lanchas enemigas, que simulaban el desembarque de tropas en la costa de Rusia.
Para contrarrestar al enemigo, los pilotos de los helicópteros de transporte militar emplearon misiles no guiados y cañones suspendidos bajo sus alas. Según la leyenda, parte de las tropas enemigas logró llegar a la orilla, razón por la cual los helicópteros volvieron para efectuar un ataque contra blancos terrestres.

