Durante su investigación los científicos analizaron varias muestras del suelo que fueron extraídas en 2017 de los glaciares Isla Pine y Thwaites. Ambos se están derritiendo debido al aumento de las temperaturas del planeta.
Los escaneos revelaron la presencia de raíces intactas, de polen de helecho arborescente y de esporas de musgo en el lodo osificado de la Antártida. Gracias a estas pruebas se pudo llegar a la conclusión de que un bosque tropical templado pudo haber crecido a menos de 965 kilómetros del punto más sureño de nuestro planeta.
Las formaciones geológicas comunes, que pueden hallarse tanto en Nueza Zelanda como en la Antártida occidental, ayudaron a determinar su edad y a reconstruir la disposición de los continentes en el mapa mundial de aquel entonces. Resulta que hace entre 92 y 83 millones de años estas dos áreas todavía no se habían separado.
Los científicos incluso intentaron reproducir una imagen de cómo era el bosque tropical de la Antártida en la que podía verse la flora y un volcán humeante, lo que apoya otra vieja hipótesis: que una masiva erupción volcánica podría haber conducido a que el nivel del dióxido de carbono aumentase entre cuatro y seis veces respecto al de referencia de los tiempos preindustriales.
Previos estudios señalaron que hace 90 millones de años el volumen de CO2 podría haber superado varias veces al de ahora y que, como consecuencia, la temperatura del aire en aquella época también podría haber sido más alta.
Hasta ahora los científicos han tenido muy poca información fiable que explique las maneras en las que el mundo respondía a la presencia de volúmenes extremos de CO2 en el aire más allá de los 70 grados de latitud al sur. El actual estudio incluye territorio hasta los 72 grados de latitud.
Los resultados del nuevo trabajo que la profesora Dana Royer, de la Universidad de Wesleyana, califica de "irrefutables y profundos" ayudarán a los investigadores a ensayar mejor sus modelos de clima y realizar estimaciones más precisas sobre el calentamiento global que provocamos los humanos.