El titular de Salud sonorense, Enrique Claussen Iberri, adujo que las costumbres y actividades económicas locales hacen más propensa a su población a sufrir enfermedades crónico-degenerativas, tales como asma, hipertensión, diabetes u obesidad. Estos padecimientos ponen en mayor riesgo el sistema inmune, lo cual aumenta la posibilidad de desarrollar casos graves de COVID-19, tal como documentó Sputnik.
El 16 de marzo, las autoridades locales informaron del primer caso de COVID-19 en un hombre de 72 años. Desde entonces, el temor de la población local por la cercanía del estado con Estados Unidos —Sonora tiene frontera con Arizona—, se ha acrecentado.
Tras conocerse que el paciente contrajo la enfermedad en un viaje a los estados de Arkansas, Illinois y California, la Secretaría de Salud sonorense anunció el cierre de escuelas, la suspensión de actividades que impliquen concentración de personas, así como el cierre de los negocios no esenciales del estado.
Incluso, el 27 de marzo un grupo de personas acudió al paso fronterizo en la ciudad sonorense de Nogales para impedir el paso de estadounidenses. Según informaron los medios, la acción fue motivada porque los habitantes de Arizona ingresaban a México para comprar varios productos agotados en sus localidades, como papel de baño y gel antibacterial.
El 8 de abril, Álvarez informó que el número de hospitalizados en Sonora triplicó el promedio mundial y de México. Al mismo tiempo, destacó que la tasa de mortalidad por coronavirus había superado la de influenza, del 10%.
También subrayó que en ese estado 77% de la población adulta tiene sobrepeso u obesidad. Además, resaltó que entre 12 y 14% tiene diabetes, así como el hecho de que los pacientes con hipertensión mayores de 60 años supera el 35%.
Por esos motivos, la gobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich Arellano, llamó a reforzar la estrategia de distanciamiento social implementada en su estado.
"No me gustan las tasas de mortalidad que estoy viendo, me parece que estamos por encima de muchos lugares, y es debido a que nosotros tenemos enfermedades crónico-degenerativas como la diabetes, la hipertensión y hay un gran problema de obesidad en Sonora", dijo la gobernadora a medios locales.