En una rueda de prensa Borrell afirmó que "con la pandemia del coronavirus es aún más vital que Rusia y las formaciones armadas que apoya respeten plenamente el mandato de la misión especial de observación de la OSCE".
"Esta misión deber tener un acceso seguro y sin trabas a toda Ucrania, incluidas las partes de las regiones de Donetsk y Lugansk que actualmente se encuentran fuera del control del Gobierno ucraniano", dijo.
Subrayó que "las agencias de la ONU y las ONGs y el Comité Internacional de la Cruz Roja, que también enfrentan dificultades de acceso a esas áreas, también deben tener un acceso pleno y sin obstáculos a esas zonas, para que puedan trasladar la ayuda humanitaria a las personas necesitadas".
Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia, cuyo balance la ONU estima unos 13.000 muertos.
El 21 de marzo pasado las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk cerraron sus fronteras con el resto de Ucrania como medida para impedir la propagación del coronavirus.
En respuesta los ministros de Asuntos Exteriores de Francia y Alemania subrayaron en un comunicado conjunto que están profundamente preocupados por estas restricciones, que también afectaron a la misión especial de observación de la OSCE en Ucrania y organizaciones humanitarias.