"Para millones de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, especialmente los de mayor vulnerabilidad, el cierre de escuelas implica el cierre de una red de seguridad fundamental que va más allá del goce al derecho de la educación", dijo a Sputnik la coordinadora de CLADE, Camilla Croso. Esa red abarca aspectos nutricionales, sanitarios e incluso de "apoyo emocional", precisó.
Citando a la Organización Mundial de la Salud, Croso reconoció que es necesario reducir el contacto social para frenar la pandemia y proteger la vida de las personas: "esa es la principal prioridad". "Sin embargo, señalamos la importancia de que los gobiernos pongan en marcha medidas que busquen asegurar la continuación de los derechos en y desde la educación pese a la actual coyuntura", agregó.
Según los datos aportados por la entrevistada, "1.500 millones de estudiantes de 165 países están siendo afectados por el cierre de centros educativos a raíz de la pandemia del coronavirus. La cifra representa casi 88 % del total de estudiante matriculados".
Bien, pero no alcanza
Desde CLADE se valoran positivamente "la pluralidad de iniciativas para mantener procesos de aprendizaje" que se desarrollaron desde principios de marzo cuando el nuevo coronavirus motivó a tomar decisiones drásticas como la suspensión de todos los cursos presenciales en los tres niveles de la enseñanza.
En este sentido, resaltó que "la propuesta tiene que ser relativa al contexto, llegar de manera igualitaria a los estudiantes y ser sensible a la realidad de las familias". Especialmente aquellas de bajos ingresos o que habitan en zonas rurales y "no tienen los insumos para acceder a la educación a distancia especialmente cuando se trata de computadoras e internet".
"Las autoridades tienen que impulsar todas las medidas necesarias para impedir la profundización de las desigualdades educativas y sociales, poner herramientas que puedan llegar equitativamente a poblaciones de un determinado contexto", reclamó.
Como complemento, teniendo en cuenta a los sectores más relegados de las sociedades, también "es importante adoptar medidas de acción afirmativa para impedir que el COVID-19 profundice aún más la brecha en nuestro continente, el más desigual del todo el planeta", manifestó Croso.
Para Croso la pandemia "puso en evidencia las dramáticas consecuencias de la precarización de los servicios públicos que tantos gobiernos venían practicando sin problematización y la urgencia de revertir dicho escenario".