Gran parte del grupo de personas vulnerables ante el saqueo económico que está cometiendo el coronavirus en Oriente Medio y el Magreb son refugiados o nacionales desplazados en situación de desamparo. La catástrofe sanitaria podría ser la gota que colme el vaso para ellos.
"Esto [el virus] provocará el empobrecimiento de 8,3 millones de personas... La amenaza crece, dada la falta de protección social mínima que se observa en algunos países árabes. Por esto, se prevé un déficit de productos de alimentación que afectará a 1,9 millones de personas", alerta la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica y Social para Asia Occidental.
Y es que el despiadado SARS-CoV-2 tiene de rodillas al sector más indefenso de la población, como si de un atraco se tratara, y amenaza con apretar el gatillo en cualquier momento: precisamente por las dificultades que este causa, muchas personas necesitarán recibir suministros de agua y comida que la propia pandemia impedirá que consigan.
La tormenta del coronavirus arrecia en todo el mundo, pero con los países árabes se está cebando especialmente: solo en el período que va de enero a marzo, esta región ya ha sufrido pérdidas económicas cuantificadas en 420.000 millones de dólares, lo que causará nuevos despidos y un aumento considerable del paro.