En el mejor de los casos, según el informe, la economía va a vivir un crecimiento del 1,2%. Es el escenario que se espera si el descenso moderado en el consumo privado, en la inversión y en las exportaciones son compensados por el aumento del gasto público en las siete principales naciones industrializadas y en China.
Este escenario supone que las amplias restricciones a las actividades económicas en la Unión Europea y Estados Unidos se extenderían hasta mediados del segundo trimestre, según el informe. No obstante, la caída de la economía podría ser aún más profunda si las restricciones a las actividades económicas se extienden hasta el tercer trimestre del año y si los estímulos fiscales no apoyan los ingresos y el gasto de los consumidores.
La ONU recuerda que la economía mundial se contrajo un 1,7% durante la crisis financiera en 2009.
"El temor a la propagación exponencial del virus y las crecientes incertidumbres sobre la eficacia de diversas medidas de contención han sacudido los mercados financieros de todo el mundo", señala el informe. La volatilidad del mercado superó su pico durante la crisis financiera mundial, mientras que los mercados de valores y los precios del petróleo han caído a mínimos en varios años, agrega.
Las restricciones al movimiento de personas y las cuarentenas en Europa y América del Norte "están golpeando duramente al sector de los servicios, en particular a las industrias que implican interacciones físicas como el comercio al por menor, el ocio y la hostelería y el transporte".
Estos países, en particular los que dependen del turismo y de las exportaciones de productos básicos, también se enfrentan a mayores riesgos económicos. Una fuerte disminución del gasto de los consumidores en la Unión Europea y en Estados Unidos reducirá las importaciones de bienes de consumo de los países en desarrollo. Además, la producción manufacturera mundial podría contraerse significativamente.
"Hacen falta medidas políticas urgentes y audaces, no solo para contener la pandemia y salvar vidas, sino también para proteger a los más vulnerables de nuestras sociedades de la ruina económica y para sostener el crecimiento económico y la estabilidad financiera", destaca Liu Zhenmin, subsecretario general de las Naciones Unidas para asuntos económicos y sociales.