Un hombre de mediana edad que permaneció enfermo y sin síntomas graves durante 49 días, frente al promedio de 20, habría formado una especie de "equilibrio dinámico" con el coronavirus, señalan médicos chinos en el avance de un artículo publicado por el sitio web Medrxiv.org.
El paciente tenía una alta carga viral del SARS-CoV-2, pero sus indicadores de células inmunes se mantuvieron estables. Después de sometido primero a una terapia regular y luego a una transfusión de plasma de pacientes recuperados, siguió con fiebre baja intermitente, pero sin tos, escalofríos, dificultad en la respiración, ni otros síntomas típicos del COVID-19. Las imágenes de tomografía computarizada revelaron lesiones resultantes de la infección en ambos pulmones, que desaparecieron varios días después de su hospitalización al tiempo que la temperatura corporal volvía a la normalidad.
La prueba de ADN para el COVID-19 se mantuvo positiva y con una carga viral persistentemente alta, similar a la de los casos graves o críticos, lo que apuntaba a una infección prolongada.
Según los investigadores, "su caso tendería al de una infección crónica sin el tratamiento de transfusión".
Una mujer entrada en años, relacionada con el paciente, también dio positivo por COVID-19, tuvo síntomas moderados y, aunque su edad e historial médico implicaban un mayor riesgo, se recuperó más rápido y con un pronóstico más favorable que la media de personas de la misma edad.
A juicio de investigadores, el caso podría sugerir un nuevo subtipo leve del virus, menos tóxico y una transmisibilidad inferior, pero al mismo tiempo más difícil de eliminar. Según ellos, podría haber más "pacientes con infección crónica" de este tipo, con una mayor probabilidad de quedar desatendidos y propagar la enfermedad en su entorno causando un nuevo brote. También está por investigar si esos "pacientes con infección crónica" son capaces de contagiar el virus por otras vías de transmisión, como la sexual.