El 26 de marzo, la administración del presidente Donald Trump acusó a Maduro de formar parte de una mafia dedicada al narcotráfico, ofreciendo 15 millones de dólares como recompensa a quien dé información que facilite su captura, y otros 10 millones por otros altos dirigentes venezolanos mencionados en la acusación.
"Ninguna disposición del derecho internacional permite que Estados Unidos, abusando de sus mecanismos legales, intervenga en los asuntos internos de otros países, preparando un golpe de Estado o agresión contra un Estado independiente", dijo Musavi.
Lo que es aún peor es que Washington otorgue un premio por la captura del presidente de un Estado y de esta manera quiere privarle de la legitimidad y la confianza, agregó.
El propio Maduro rechazó las acusaciones presentadas en su contra junto con un grupo de antiguos y actuales miembros del Gobierno venezolano.