El decreto, publicado en el Diario Oficial de la Unión, amplía la lista de los servicios considerados básicos, y en ellos coloca a "las actividades religiosas de cualquier naturaleza", aunque añade que se deberán obedecer "las determinaciones del Ministerio de Salud", sin más precisiones.
La base de apoyo del ultraderechista Bolsonaro está formada en buena parte por estos grupos ligados a las iglesias neopentecostales más fundamentalistas.
La lista de nuevos servicios considerados esenciales también incluye los sistemas de transmisión y distribución de energía y gas, las operaciones bancarias en cajeros, la producción de petróleo y combustibles y actividades científicas de investigación relacionadas con la pandemia provocada por el SARS-CoV-2, entre otras.
El presidente brasileño se mostró en los últimos días muy contrario a las restricciones que están implantando los gobiernos de los estados, y en un video dirigido a todo el país minimizó los riesgos de la enfermedad pidiendo volver a la normalidad.
Según el último balance del Ministerio de Salud, del 25 de marzo, Brasil ya suma 57 muertes por COVID-19 y 2.433 casos confirmados.