Sabemos que la piel es el órgano más extenso del cuerpo. Y no es para menos, ya que se trata de nuestra primera barrera de defensa contra los gérmenes y peligros del exterior. Por ese mismo motivo, no es extraño que la piel sea la primera en sufrir las consecuencias del deterioro.
Si bien este mecanismo era conocido, un nuevo estudio científico logró identificar la forma en que las células de la piel determinan cuál es el momento para comenzar a generar las escamas. La investigación también avanzó en determinar cómo los "errores" en este proceso pueden llevar a patologías de la piel como la dermatitis o la psoriasis.
El estudio, encabezado por los científicos Elain Fuchs y Felipe García Quiroz de la Universidad Rockefeller de Nueva York, centró su atención en un curioso fenómeno: justo antes de que se formen escamas en la superficie de la piel, las células que se transformarán en escamas muestran "depósitos de proteínas con manchas oscuras que se asemejan a las gotas que verías si pones aceite en vinagre y los sacudes", explica en el comunicado de la universidad.
Los científicos consideraron que las manchas oscuras observadas, que se corresponden con gránulos de queratohialina que podrían formarse como consecuencia de esa separación de fases. Al formarse, las manchas oscuras "llevarían el mensaje a las células de que rápidamente tienen que achatarse y morir".
El equipo liderado por Quiroz buscó comprobar este proceso en ratones, valiéndose de una sustancia que funciona como "sensor" al emitir una luz verde durante la formación de los gránulos de queratohialina.
El descubrimiento es importante, señalan los científicos, para comprender cómo — a partir de la falta de filagrina— se deja de producir la separación en fases, lo que impide la reconstrucción de la piel y genera inflamación y piel agrietada.
Por eso, el equipo de la Universidad Rockefeller confía en que el avance contribuirá al desarrollo de tratamientos de enfermedades vinculadas a la filagrina como la dermatitis.