En el contexto de guerra comercial entre EEUU y China, la crisis provocada por el SARS-CoV-2 emerge como un nuevo intercambio de acusaciones entre las dos potencias.
Parece ser que la Administración Trump se ha propuesto cargar con la culpa de cualquier problema que le surja a su contrincante chino, llegando al punto de acusar al país de la falta de mascarillas en hospitales estadounidenses. Esto resulta realmente absurdo teniendo en cuenta que, en la economía de libre mercado que impera en el mundo de hoy, los países son libres de gestionar su producción como consideren.
Efectivamente, muchos países dependen hoy en día de China, pero el país no es culpable de ello. Así se ha expresado el profesor de economía de la Universidad Renmin de China Huang Weiping durante su entrevista con Sputnik.
¿Cómo ha afectado el coronavirus a la economía china y mundial?
El primer efecto y el más evidente que tuvo el brote de SARS-CoV-2 en China fue la reducción de la demanda. En plenas celebraciones por el año nuevo chino, tal y como recuerda el experto, todo se paró: empresas, cines, restaurantes, exposiciones…
Por último, hay que tener en cuenta los problemas globales. A pesar de que China va mejorando su actividad comercial interna paulatinamente, la economía de otros países se está ralentizando debido al virus. A China, como un participante más de la economía mundial, también le afectan esos procesos, dado que una menor demanda en el mundo supone menores exportaciones para el gigante asiático.
Y es que EEUU, en plena campaña electoral, está determinado a mantener su crecimiento económico. La realidad, no obstante, es tozuda, y el nuevo coronavirus no hace más que empeorar unas previsiones que ya iban a la baja. Según las estimaciones de S&P Global Ratings, este año el crecimiento global del PIB apenas llegará al 1-1,5%, valores propios de períodos de recesión.
Ante esto, la Reserva Federal de EEUU decidió reducir la tasa de interés hasta 0-0,25%, mientras que China no tomó medidas monetarias decisivas.