Tanto el mandatario estadounidense, como el secretario de relaciones exteriores de México, Marcelo Ebrard, subrayaron que dichas medidas no afectarán el comercio ni el traslado de trabajadores de los servicios médicos y emergencias, dado que buscan garantizar la continuación de actividades económicas e intercambios en las zonas que comunican México y EEUU.
"Las medidas afectan directamente a industrias como el turismo, pues aunque se asegura la protección al intercambio de bienes, se puede acelerar la caída de ingresos que este negocio ha registrado en los últimos meses", explicó.
Hernández García destacó el caso de la industria turística, dado que la dinámica económica de la frontera también depende en buena medida de los viajes privados, ya sea por avión o vehículos personales. Por ello, consideró necesario que el Gobierno mexicano adopte medidas en los próximos días para proteger a negocios como las aerolíneas, los restaurantes y los pequeños o medianos empresarios, a fin de otorgarles estímulos fiscales o incentivos extraordinarios que les ayuden a mantenerse a flote durante la crisis sanitaria asociada con el COVID-19.
Según información de la Oficina del Censo estadounidense, las actividades turísticas y comerciales entre ese país y México generaron durante el 2019 cerca de 612.000 millones de dólares. El cierre parcial, resalta Carlos Hernández, anticipa consecuencias negativas en el flujo económico generado por el intercambio comercial entre los dos países.
Para el analista, se puede esperar la ampliación de este acuerdo al cierre total de la frontera, lo que provocaría una mayor incertidumbre económica para México.
"La caída de actividad económica por este motivo acentuaría la tendencia de recesión que se observa actualmente. La coyuntura de un cierre total, además, mantendría a la baja la inversión en el país, un aspecto que podría afectar de manera más profunda a la economía nacional", finalizó.
La iniciativa conjunta de los vecinos norteamericanos entrará en vigor a las 00:01 horas del sábado 21 de marzo (07:01 GMT) en toda la frontera terrestre de casi 3.200 kilómetros de EEUU y México por un período de 30 días, "sujeto a extensión previa revisión".
Por lo tanto, "los viajes considerados esenciales", podrán continuar sin obstáculos durante ese tiempo, reza el comunicado publicado por la Secretaría de Relaciones Exteriores de México. Los dos Gobiernos "reconocen también que los servicios críticos como alimentos, combustible, atención médica y medicamentos que salvan vidas deben llegar a las personas en ambos lados de la frontera todos los días".