A su llegada a la ciudad de Sebastopol, el mandatario ruso distinguió con un grado honorífico al empresario Arkadi Rotenberg, responsable de la construcción del puente de Crimea. La megaobra, que conectó la península con el resto del país y permite desde el tránsito automovilístico hasta el ferroviario, constituye una clara muestra de las enormes inversiones que se hacen en el desarrollo de la región.
Según el analista geopolítico español Enrique Refoyo, quien visitó Crimea en reiteradas ocasiones, es "exacto" que Rusia se viera fortalecida con la reintegración de la península al territorio nacional.
"Por supuesto que enfrentarse a Occidente y a la hegemonía estadounidense en el mundo siempre trae consecuencias negativas", constató al referirse a las sanciones antirrusas.
"EEUU no quiere de ninguna manera que Rusia retome posiciones perdidas, sino que intenta que se descomponga en las diferentes repúblicas, algo que significaría el fin de Rusia como país y como amenaza geopolítica para EEUU", enfatizó.
Incidió asimismo en que durante la década de 1990 cuando la URSS dejó de existir, EEUU hizo "lo posible para que Crimea no retornase a Rusia de ninguna manera, como sí era el deseo de los crimeos", un sueño que se hizo realidad en marzo de 2014.