Siendo la segunda economía del mundo, China ocupa un lugar muy importante en la cadena global de suministro de medicamentos necesarios para la salud. El senador estadounidense Tom Cotton reconoció que EEUU depende enormemente de China, que "ha externalizado una gran parte la fabricación de los ingredientes farmacéuticos básicos", como el ibuprofeno y el paracetamol. Por ello, el éxito de la lucha de otros países, incluida la de EEUU, con la pandemia del coronavirus depende directamente de Pekín.
Las tarifas arancelarias afectan a los negocios estadounidenses que dependen demasiado de los importadores chinos. Por ello, es probable que EEUU llegue a reconsiderar la primera fase del acuerdo comercial alcanzado con China y reduzca los aranceles impuestos a otros bienes chinos, destacó a Sputnik el economista chino Li Kai de la Universidad Financiera de Shanxi.
"Creo que EEUU introducirá ciertas correcciones. Esta situación [la pandemia] ha provocado un caos en la cadena mundial de suministros. En el comercio mundial existe la siguiente práctica: si surge una fuerza mayor, ambas partes acceden a adoptar compromisos", enfatizó.
"La situación con el coronavirus demostró que el resto del mundo depende de China más que el país asiático de otros Estados. Me refiero a EEUU, Japón y los países cuyas economías se ven amenazadas por la ralentización económica de su socio asiático. En estas condiciones los políticos estadounidenses mirarán a nivel estatal qué cambios podrían introducir en la primera fase de su acuerdo comercial", concluyó.
La primera fase del acuerdo comercial entre China y EEUU fue firmada en enero del 2020. Este documento prevé que el país asiático adquiera de su socio norteamericano más bienes tecnológicos en comparación con los que le compró en 2017. Su lote incluirá aviones por un valor de 77.700 millones de dólares, bienes agrícolas por 32.000 millones, 52.400 millones en hidrocarburos y 37.900 millones en servicios.
De esta manera las exportaciones estadounidenses con destino a China deberán incrementarse en 200.000 millones de dólares, mientras que los aranceles impuestos a las importaciones chinas permanecerán en vigor hasta que las partes firmen la segunda fase del acuerdo comercial. Si bien Pekín todavía no ha rechazado cumplir una parte de sus compromisos, ahora no se puede excluir la posibilidad de que no lo alcance a hacer en el plazo determinado por el acuerdo debido a la pandemia.