El Acuerdo sobre Subvenciones y Medidas Compensatorias de la OMC estipula que si un país llega a subvencionar la producción de un bien por encima de un límite establecido, otros miembros pueden introducir aranceles compensatorios. No obstante, según este documento, los países en vías de desarrollo pueden subvencionar más la producción de sus propios bienes que los Estados considerados como desarrollados.
En los últimos años EEUU ha criticado en repetidas ocasiones los enfoques tradicionales que determinan qué países pueden considerarse como desarrollados y cuáles no. En Washington reclaman que China ya no puede formar parte del primer grupo y por ello no puede aprovecharse de las preferencias de la OMC.
Además de China, países como la India, Brasil, Argentina, Colombia, Sudáfrica, Malasia, Indonesia, Tailandia y Vietnam son algunas de las naciones que desaparecieron de la lista en cuestión de EEUU, compilada en 1998.
A la hora de sumarse a la Organización Mundial del Comercio muchos países determinaron por sí mismos su estatus. Por ejemplo, China rechazó llamarse país desarrollado y optó por autocalificarse como un país en vías de desarrollo, recordó a Sputnik, Li, del Centro de Investigaciones de la OMC de la universidad.
Anteriormente si algunos países no estaban de acuerdo con las estimaciones de EEUU y el uso de las medidas compensatorias por parte de Washington podían quejarse al Órgano de Apelación de la OMC.
"Sin embargo, ahora este organismo no funciona. Lo único que pueden hacer es reunir a un grupo de expertos que intente solucionar el problema. Por ello, todo dependerá de la postura de otros miembros la OMC. El ente por sí mismo no podrá hacer nada", destacó.
De hecho, el Órgano de Apelación de la OMC quedó paralizado a causa de las acciones realizadas por EEUU. En diciembre del 2019 venció el plazo de ejercicio de funciones de dos de sus árbitros. Según las normas de la OMC, para que este organismo pueda funcionar debe contar con al menos tres árbitros. Sin embargo, EEUU ha bloqueado últimamente todas las candidaturas, alegando que el Órgano de Apelación viola los plazos establecidos para considerar las apelaciones.
Pekín admite que es necesario reformar la OMC, pero propone hacerlo observando las normas legales existentes, y no por medio de reescribirlas por completo, tal y como exige Washington. Las reformas deben empezar por que el Órgano de Apelación reanude su actividad, consideran en China.