Sea por sus recetas de cocina, sus consejos de moda o maquillaje, los lugares que visitan o su fama en los deportes, miles e incluso millones de personas siguen a los influencers. Muchos de ellos son anónimos que por su humor, simpatía, o físico lograron atraer a un público que percibe el entretenimiento de una forma diferente a la que lo hicieron sus padres.
"Los consumidores van a esos espacios en busca de ocio, de diversión. Los consultan por vida social y es más fácil que así puedan colar la publicidad, pues son sitios en los que están más receptivos a conocer un producto y también a ser influenciables", agregó.
Según relató a Sputnik la autora del libro Marketingdencias, un 80 % de los consultados en una reciente encuesta admitió haber comprado alguna vez un producto tras leer un post en un blog, o en una red social.
"Es una tendencia creciente porque es rentable. Las campañas de influencer marketing reportan un promedio de más de 10 euros por cada euro invertido, por lo que de momento parece que tiene recorrido, y que se va a seguir apostando por aquí (…). Por ejemplo en España el dato es que mueven 10 millones de euros (11,2 millones de dólares) anuales lo cual será extrapolable a otros territorios", agregó Villegas.