"Dado que el país es deficitario en petrolíferos y altamente dependiente de la importación de gasolinas, a los consumidores les beneficia que los precios del petróleo y sus derivados bajen", dijo en declaraciones a Sputnik.
Sin embargo, el Gobierno federal y la petrolera Pemex tienen ingresos por venta de petróleo al extranjero, así que un abaratamiento del barril de crudo empeora sus perspectivas y pone en riesgo mayor la calificación crediticia del país, explicó el economista.
"En este sentido, hay una paradoja: a los consumidores les conviene que baje para mantener los precios sin subir (en México, la gasolina no va a bajar), mientras al Gobierno, a pesar de sus coberturas petroleras, le empeoran sus perspectivas a futuro", evaluó.
Mientras tanto, el empeoramiento de perspectivas económicas tiene un impacto que "poco a poco se irá reflejando en el tipo de cambio, la inflación, las tasas de interés, y en un agravamiento de la actual recesión".
"López Obrador es un presidente dispendioso en el gasto social, y ya no queda margen para seguir recortando en burocracia, educación y salud, que ya se han visto altamente afectados. Dado su perfil ideológico, es improbable que haya recorte en el gasto de programas gubernamentales, por lo que un alza de impuestos o nuevos gravámenes, estarían más que asegurados en el corto plazo", pronosticó.
Por lo que respecta al precio del petróleo, el experto no ve fundamentos sólidos en la demanda global que permitan esperar un alza de precios.
"La recuperación, en el mejor de los casos, será muy lenta. El fin de la era del petróleo es lo que tenemos por delante", concluyó Barba.
Los precios del petróleo se desplomaron un 30% el 9 de marzo después de que los países de la OPEP+ fallaran en acordar reducir la extracción de crudo ante el exceso de oferta con el coronavirus de fondo.