Luego de un lunes negro para los mercados mundiales debido al mayor desplome del valor del barril de crudo en 30 años —que cayó 30 % en un día— la ausencia de pronósticos de recuperación golpea directamente las expectativas de Argentina sobre el yacimiento de Vaca Muerta.

Sin embargo la extracción que utiliza la técnica de fractura hidráulica o fracking demanda una inyección constante de dólares e insumos importados en un contexto de inestabilidad cambiaria, imprevisibilidad macroeconómica y limitación de recursos e incentivos fiscales debido a la crisis local.
"La inversión de las multinacionales en Argentina se ve sensiblemente afectada porque sus estructuras de costos aumentan producto de la inflación [que fue de 54 % en 2019]. Un barril de crudo a 30 dólares en términos de ecuación financiera no cierra por ningún lado", aseguró a Sputnik Fernando Schpoliansky, secretario de Finanzas de la Municipalidad de Neuquén.
El contador con posgrado en Economía y experto en las operaciones de Vaca Muerta explicó que esta situación afecta especialmente las inversiones en esta cuenca, que para 2020 estaban previstas en el orden de los 100.000 millones de dólares, y que se verían amenazadas.
En Vaca Muerta hay alrededor de 38 proyectos no convencionales en curso pero la mayor parte se encuentran en fase piloto. Ocho de ellos estaban hacia fines de 2019 en etapa de desarrollo amplio masivo y son fundamentales para el abastecimiento del mercado local.
Un retorno a los convencionales
Durante los cuatro años de Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019), Argentina priorizó las inversiones en la Cuenca Neuquina, tanto de la petrolera de control estatal YPF como en apoyo a las corporaciones extranjeras, en detrimento de las extracciones convencionales, donde la producción tuyo desplomes significativos: -37 % en la Cuenca Austral, -15 % en la del Golfo de San Jorge (en las provincias patagónicas de Santa Cruz, Tierra del Fuego y Chubut).
El equilibrio entre recaudación y desarrollo, un desafío para el nuevo Gobierno de Argentina https://t.co/1uXaylS7PD
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) December 30, 2019
"Deberían hacerse estudios más complejos que visualicen la problemática energética a nivel integral, que pongan en cuestión si necesitamos esa energía masiva desarrollada a través de métodos que son muy costosos y que ambientalmente, en términos acumulados, podrían generar problemas difíciles de predecir", dijo a Sputnik Gustavo Lahoud, especialista en geopolítica y recursos naturales.
"No todos los pozos tienen las mismas curvas de rendimiento, pero los proyectos no convencionales tienen una tasa de agotamiento diferente. Los convencionales pueden garantizar 20, 25 o hasta 30 años, mientras que los no convencionales tienen un período de auge productivo los primeros 3, 4 años y después pueden declinar muy rápidamente si no se sigue con la perforación y la agregación de pozos", dijo Lahoud.
Ambos expertos consultados pronosticaron que lo que se puede esperar es algunas medidas de incentivo gubernamental a la actividad hidrocarburífera que evite la suspensión de las operaciones en curso, asegure el abastecimiento interno y apunte al superávit en la balanza energética.

Sin embargo, frente una crisis económica local que dificulta las previsiones positivas, con este nuevo escenario y precio del crudo internacional no habría estímulo suficiente como para que Vaca Muerta sea un negocio sensato en el corto y mediano plazo.
¿Qué pasará con el precio de los combustibles?
"Cuando aumenta el precio del crudo, siempre es un buen argumento para subir el precio de los combustibles. Argentina lo ha hecho reiteradamente. Ahora, por el contrario, si el precio baja el combustible debería bajar, pero en Argentina no va a ocurrir eso", aseveró Schpoliansky.
En Argentina, el precio de los combustibles está mediado por el Gobierno con el objetivo de evitar subas drásticas que hubieran sucedido como consecuencia de las grandes devaluaciones ocurridas desde 2015 hasta la fecha. El mecanismo de intervención se hizo más fuerte en agosto de 2019, luego de la depreciación de 25 % del peso argentino.
Los combustibles aumentaron en promedio 41,8 % durante 2019, más de diez puntos por debajo de la inflación. En diciembre de 2019, YPF anunció un incremento de 5 % que se aplicaría desde enero pero fue frenado por el presidente, Alberto Fernández. En lo que va de 2020, se han visto virtualmente congelados.