El hallazgo de una lista con 12.000 personas que desde Argentina apoyaban las actividades del nazismo abre nuevas posibilidades para la investigación del apoyo que el régimen de Adolf Hitler tenía en el país sudamericano, dijo a Sputnik Ariel Gelblung, director del Centro Simon Wiesenthal Latinoamérica.
Tras hacerse de la documentación, Filipuzzi decidió entregarla al Centro Simón Wiesenthal en Argentina. Los integrantes de la organización dedicada a combatir el antisemitismo comprobaron que se correspondía con el relevamiento hecho en 1941 por la Comisión de Investigación de Actividades Antiargentinas, una comisión parlamentaria para investigar las presuntas operaciones nazis en territorio argentino.
Gelblung recordó que la comisión había allanado la sede de la Unión Alemana de Gremios, una institución que funcionaba en Buenos Aires desde 1939 y se presentaba como una filial argentina del Frente Alemán del Trabajo, la organización sindical nazi de Alemania. Durante el allanamiento, la comisión obtuvo de los estatutos una lista de personas afiliadas o relacionadas, con las que finalmente elaboró la lista que se difunde ahora.
Gelblung indicó que en la lista aparecen los nombres de muchos integrantes de la importante colectividad alemana que existía en la Argentina de la época. Varios, sostuvo, "tenían mucha llegada en distintos círculos de poder, sobre todo entre 1930 y 1938 y de 1943 en adelante". También aparecen empresas como los bancos alemanes que operaban en Argentina o el conglomerado empresarial IG Farben, conocido por ser el responsable de proveer el gas Zyklon-B, utilizado para la ejecución de judíos y otras víctimas del nazismo.
Cómo se financiaba al nazismo desde Argentina
El director del Centro Simón Wiesenthal Latinoamérica aclaró que "no todos los 12.000 que figuran en la lista enviaron dinero a Suiza", aunque "todos los que enviaron dinero están incluidos en la lista".
"Dada la forma en que se planteaba la política y la economía internacional, Hitler no podía hacerse de dólares. Por eso enviaba dinero a Argentina, donde se convertía en dólares e iban de nuevo hacia Alemania", explicó Gelblung. Suiza era el intermediario para esa triangulación.
Finalizada la guerra, las cuentas del Schweizerische Kreditanstalt fueron interdictas por los Aliados, a la espera de que aparecieran sus propietarios. Sin embargo, hacer el reclamo apenas culminada la guerra "era aparecer con un cartel luminoso diciendo 'soy nazi'", ironizó Gelblung. Por ese motivo, las cuentas permanecieron inmóviles y, tiempo después, "ese capital sirvió para crear Credit Suisse".
"Nosotros desde hace muchísimo tiempo venimos pidiendo que el Credit Suisse nos abra la posibilidad de investigar el origen de los fondos de esas cuentas. Nunca lo hizo y sabemos, de forma extraoficial, que muchos de los herederos originales de esas cuentas están presentándose a pedir el dinero", sostuvo Gelblung.