Gracias a un ingenioso internauta que editó el vídeo de la prueba, acompañándolo con una obra musical de Tchaikovsky, el experimento no te parecerá tan triste como lo podría haber sido para Bill Corbett. Ahora, parece más una mezcla surreal de arte y ciencia.
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La avioneta de Corbett es la tercera que aparece en la grabación. Voló en ella unas 24.000 horas durante 25 años, como observador de peces. Cuando supo que la NASA buscaba una aeronave vieja para realizar un experimento decidió donar la suya a favor de la investigación científica.
Lo que no sabía en aquel entonces fue que su avioneta se utilizaría en una prueba de choque, durante la cual los científicos de la agencia analizarían el desempeño de unos transmisores localizadores de emergencia. Si bien ver esta prueba con sus propios ojos podría haber sido doloroso para él, Bill tenía una justificación: había sacrificado su vehículo de transporte por una buena causa.
"Se prepara para traspasar a otra etapa de su vida, al paraíso de las aeronaves. Pero los datos seguirán viviendo", declaró.