El ejercicio tiene como objetivo preservar la defensa de las fronteras de Rusia. La tripulación encargada de la misión despegó del aeródromo Elizovo tras haber escuchado una alerta.
Una vez en el aire, el MiG-31 hizo todo lo posible para obligar a un Il-38 intruso a cambiar de rumbo y tocar tierra en un aeródromo cercano.