Para lograr sus objetivos de Gobierno (2020-2025), el dirigente del Partido Nacional (de centroderecha) deberá sostener en el tiempo una alianza que incluye a otras cuatro colectividades políticas. Abarca un amplio espectro ideológico: el Partido Independiente (socialdemócrata), el Partido de la Gente (derecha), Cabildo Abierto (derecha nacionalista) y el Partido Colorado (centroderecha).
Por eso, entre otras cosas, Lacalle Pou apostó a una Ley de Urgente Consideración (LUC) en el arranque de su gestión. Contiene 456 artículos con los cuales pretende lograr el cambio de rumbo que quiere imprimirle al país en materia económica, educativa y seguridad pública, entre las más diversas áreas.
El Parlamento dispondrá de 90 días para analizarlas y votarla. Vencido el plazo el Poder Ejecutivo queda facultado para reglamentarla.
Desgaste previo
"La LUC habla mucho de este Gobierno que se viene. Su presidente tiene ambiciones y prioridades en políticas públicas", indicó Pampín a Sputnik.
El licenciado en Ciencia Política y magíster en Comunicación Política por la Universidad Católica del Uruguay dijo que su percepción es que se trata de "un Ejecutivo que ante la duda de la fortaleza en el largo o mediano plazo de la coalición, pone prácticamente todos los huevos en la canasta de tener este logro legislativo".
Es una "ley ómnibus que va desde la seguridad pública hasta regulaciones sobre chorizos artesanales", opinó.
"El presidente electo busca dejar claro que él es el líder de la coalición", opinó Pampín al interpretar la negativa de Lacalle Pou al planteo del Partido Colorado con el apoyo de Cabildo Abierto, la tercera fuerza en cantidad de bancas dentro de la alianza.
"Habrá que ver cuánto puede aguantar sin que una Mesa Política básicamente se le imponga. Creo que la coalición es frágil y hay que ver si esta fragilidad puede consolidarla o si puede ser otro ámbito donde la exponga", apuntó.
Contexto regional
Una de las primeras señales del nuevo presidente en política exterior fue no haber invitado al acto de asunción a los gobiernos de Nicaragua, Cuba y Venezuela.
"Creo que es sincero cuando dice que tiene razones personales para no recibir, como él lo describe, al 'dictador' Nicolás Maduro (...) pero siento que el argumento no se sostiene cuando dice que no son invitados porque no son democracias plenas", afirmó el entrevistado.
El licenciado coincidió en que también habría contradicción con la invitación a la presidenta de facto de Bolivia Jeanine Áñez, ya que incluso el futuro canciller, Ernesto Talvi (Partido Colorado), dijo que su llegada al poder fue mediante el "quiebre constitucional". A pesar de esto, el experto no consideró que este tipo de decisiones supongan una subordinación a la política exterior de EEUU.
"Se puede decir que este presidente es promercado, que no es un proteccionista y que seguramente le gustaría que tratados de libre comercio con EEUU hubieran salido adelante. No creo que esto implique una alineación con Washington en temas fuera de lo económico", sentenció Pampín.