Y es que los llamados loot boxes o cajas de recompensas funcionan como una máquina tragaperras. Estos aparecen a lo largo de los videojuegos y solo se pueden abrir si se paga una cantidad de dinero. En su interior, existe cualquier tipo de botín que puede ayudar en el desarrollo del juego, pero que es desconocido hasta que abrimos la caja.
Esta mina de oro para el sector de los videojuegos será regulada en España, como admitió el ministro Alberto Garzón en su primera Comisión parlamentaria, ya que "promueven un consumo impulsivo y compulsivo del juego en videojuegos a veces destinados a menores de edad".
🏛️ @agarzon en @Congreso_Es
— Ministerio de Consumo (@consumogob) February 28, 2020
🎁 Este azar en los #videojuegos está plasmado en los "cofres de recompensas" ("Loot boxes")
🎰 Promueven un consumo impulsivo y compulsivo del juego en #videojuegos a veces destinados a menores de edad
Para prevenir esto, España podría seguir los ejemplos de Bélgica o Países Bajos, donde las cajas recompensa están prohibidas, consideradas parte del negocio de apuestas. En el Reino Unido, la norma contra estos instrumentos está pendiente de ser valorada por el Parlamento, mientras que en Estados Unidos se baraja prohibir a menores de edad los videojuegos en los que "se paga para ganar", en muchos casos relacionados con la telefonía móvil. Por su parte, en China, Japón y Corea del Sur, las empresas desarrolladoras están obligadas a indicar que porcentaje de loot boxes hay en el videojuego.
La industria del videojuego, en 2018, facturó en España 1.530 millones de euros en 2018 según la Asociación Española de Videojuegos, casi el triple que la del cine.