El titular es llamativo: "Clientes de un burdel en España en cuarentena por un caso de coronavirus" Un cebo implacable para las redes sociales. Sin embargo, es mentira: ninguna trabajadora de La selva negra, un club de alterne de Valencia (también ficticio), ha dado positivo en el virus COVID-19, originario de la ciudad china de Wuhan. Tampoco ha implicado ese supuesto contagio que 86 personas pasen por ese periodo preventivo. Todo es una noticia de Cerebrother, un diario digital que se denomina como "satírico".
En el texto, publicado el 26 de febrero, decían: "Agentes de la Policía Nacional custodian desde esta madrugada el Puticlub La selva negra de Valencia en el que trabajaba una chica que ha dado positivo por Coronavirus siguiendo órdenes de las autoridades sanitarias, según han informado a Europa Press fuentes policiales".
Algunos lo apuntaban como broma. Pues ya es real. 86 clientes del burdel "La selva negra" en cuarentena en Valencia. 🤦🏻♂️
— Profe desencadenado🔥 (@husmeador2) February 27, 2020
Clientes de un burdel en España en cuarentena por un caso de coronavirus! https://t.co/zxcRWsosUB
Tal y como añadían, "el positivo por Coronavirus de esta chica de compañía ha obligado la madrugada de hoy a poner en cuarentena a los 86 clientes que se encontraban dentro del edificio en ese momento. La empleada, que ahora se encuentra ingresada en el Hospital Universitario, se había acostado con varios clientes esa misma noche".
"Según el mismo medio, los dueños del club, trabajadores de seguridad y limpieza, camareros, chicas y clientes suman un total de 119 personas, quedando todos ellos en cuarentena hasta nueva orden. Las autoridades temen que durante el día de hoy se comiencen a congregar enfrente del puticlub las mujeres de algunos clientes para pedirles explicaciones", ironizaban.
Nada más lejos de la realidad. Con un vistazo a su aviso legal ya se comprueba que es una información falsa. Cerebrother indica que "es un diario satírico cuyo único fin es el entretenimiento".
"Todos sus contenidos son ficción y no se corresponden con la realidad. Todos los referentes, nombres, marcas o instituciones que aparecen en la web se usan como elementos contextuales, como en cualquier novela o relato de ficción", señalan, apuntando que "no está recomendado para lectores menores de edad, dada la temática de algunos de sus artículos".