Los suministros del metal son adecuados a corto plazo, pero la escasez podría desarrollarse en el futuro si el refinado y el reciclaje no se incrementan o se hacen más eficientes, según una investigación publicada en Environmental Science & Technology de ACS.
Aproximadamente el 60% del cobalto extraído proviene de la República Democrática del Congo (RDC) y a menudo resulta un subproducto de la extracción de cobre y níquel, lo que significa que la demanda y los precios de esos otros metales afectan la disponibilidad de cobalto.
La mitad del suministro actual de cobalto se utiliza para las baterías de iones de productos electrónicos de consumo y vehículos eléctricos. La demanda está creciendo rápidamente: en 2018, la flota mundial de automóviles eléctricos ascendió a más de 5,1 millones, 2 millones más que el año anterior, según la Agencia Internacional de Energía.
En conclusión, se estimó que el suministro de cobalto es adecuado a corto plazo y que la oferta alcanzará de entre 320.000 a 460.000 toneladas métricas para 2030, mientras que la demanda alcanzará entre 235.000 y 430.000 toneladas métricas. Por lo tanto, sería necesario invertir en la capacidad de refinación y reciclaje eficiente, para poder seguir satisfaciendo la demanda.