El telescopio Daniel K. Inouye, de la Fundación Nacional para la Ciencia en EEUU, fue construído en el volcán inactivo Haleakala (Casa del Sol, en español). Este se encuentra a 3.000 metros sobre el nivel del mar en la isla de Maui en Hawai, uno de los mejores lugares para la observación astronómica.
"El objetivo es estudiar el Sol con una alta resolución tanto espacial como temporal, tres veces mayor a la que se había tenido hasta ahora, que permite distinguir elementos en la atmósfera solar del tamaño de unos 20 kilómetros. Otra de sus cualidades es el poder tomar varias imágenes por segundo", explicó la venezolana Cecilia Mateu, doctora en física especializada en astronomía.

Los gránulos solares que se ven en las imágenes son "celdas de convección" definidas por la astrónoma como burbujas del plasma presente en la estrella y que "suben y bajan de la atmósfera" como cuando hierve el agua. El telescopio permitirá estudiar en detalle cómo es la estructura dentro de un gránulo solar.
Las partículas cargadas que son eyectadas por el Sol en esas tormentas producen distintos fenómenos en nuestro planeta, desde las auroras boreales y australes hasta interferencias en las telecomunicaciones y en los satélites. Mientras que ahora se detectan 48 minutos antes, gracias a este telescopio se van a poder predecir hasta 48 horas antes.