"Espero que Boris Johnson aborte este caso antes del juicio", declaró George Christensen, diputado por el Partido Liberal Nacional de Australia en alusión al primer ministro del Reino Unido.
El político se describió como "conservador, gran admirador de Donald Trump y también de la libertad de prensa y los valores democráticos".
El parlamentario liberal se refirió en su intervención a la reciente declaración de Johnson, que aseguró en el Parlamento de Westminster que los "derechos de periodistas y alertadores deben ser respetados" y su Gobierno "continuará respetándolos".
"Espero que eso denote un cambio de dirección", dijo Christensen.
Assange está llamado a comparecer ante el Tribunal de Westminster el 19 de febrero en la previsiblemente última sesión preparatoria del proceso judicial iniciado por Estados Unidos.
El juicio oral, que se trasladará al juzgado más cercano a la prisión de alta seguridad de Belmarsh, está previsto de comenzar el 24 de febrero.
"Esto es un caso político, Assange es un preso político", denunció Hrafnsson.
Para el periodista islandés y director del portal de filtraciones, se trata además de un proceso contra la libertad de prensa y el futuro del periodismo.
"En el juicio se hablará mucho de "pirateo informático", cuando simplemente se trata de periodismo; la etiqueta de hacking es propaganda", defendió.
Las imputaciones están relacionadas con los papeles de las guerras de Irak y Afganistán, el centro de detención de Guantánamo Bay y cables diplomáticos difundidos por WikiLeaks en cooperación con medios establecidos internacionales, desde el británico The Guardian al español El País, el alemán Der Spielgel o The New York Times, según recordó Robinson
"Estas imputaciones representan la penalización de las actividades típicas de un periodista que persigue información verídica", objetó en la FPA.
Para los cuatro profesionales no hay duda de que un veredicto contrario al profesional australiano "sentará un precedente" grave para el periodismo y el principio de justicia extraterritorial.