El mandatario brasileño había planteado la posibilidad de un encuentro el 1 de marzo en Montevideo, en la asunción presidencial del uruguayo Luis Lacalle Pou. Sin embargo, Fernández no podrá asistir por coincidir con el comienzo de la legislatura en el Congreso.
La tensa relación entre ambos líderes comenzó en 2019, cuando el argentino todavía era candidato presidencial. Las diferencias ideológicas y los cruces discursivos llevaron a que, por primera vez en décadas, un presidente brasileño estuviera ausente en la toma de mando del país vecino.
"2019 fue un año en el que las relaciones internacionales entre los países quedaron muy tensas. Fue el primer año de Bolsonaro como presidente, mientras en Argentina fue la campaña presidencial. Cuando se planteó la candidatura de Alberto Fernández con Cristina Kirchner de vice, Bolsonaro comenzó a realizar declaraciones en su contra", dijo a En Órbita el politólogo argentino radicado en Brasil, Andrés del Río.
Bolsonaro expresó su apoyo a Mauricio Macri (2015-2019), quien buscaba la reelección. Y advirtió que si ganaba Fernández representaría "el fin del Mercosur", y que Argentina se "convertiría en la nueva Venezuela". Por su parte, el líder peronista respondió acusando a su par de "racista" y "misógino".
Pero en el comienzo de 2020 la postura de Bolsonaro se tornó más amigable. El 12 de febrero se reunió con el canciller argentino Felipe Solá, y le anunció que apoyaría a la nación en una renegociación de la deuda con el FMI.
"Los números hablan por sí solos. Brasil es el principal destino de las exportaciones de Argentina, con casi el 17 %. En tanto, 27 % de las importaciones argentinas tienen origen en el país vecino. Del lado de Brasil, el principal destino de exportaciones de sus manufacturas es Argentina. De forma global, de todos los productos que exporta Brasil, Argentina se coloca tercero con el 8 %", explicó Del Río.
Aunque con diferencias, ambos países se encuentran en crisis económicas. El politólogo describió a En Órbita particularidades de ambas realidades.
Boy Scouts en bancarrota
La organización Boy Scouts de EEUU se declaró en bancarrota. Optó por este procedimiento de salvaguardia para continuar funcionando y crear un fondo de compensación para las víctimas de abusos sexuales.
En 72 años, unos 12.000 niños han sido víctimas de abuso sexual, según medios de prensa locales. Se sospecha que 7.800 exlíderes son responsables.
La organización reconoció en un comunicado que hubo "momentos en su historia en la que los casos no fueron tratados o manejados en forma consistente con nuestro compromiso para proteger a los exploradores, ni con nuestros valores ni procedimientos actuales".
Al declarar la quiebra, los scouts pueden paralizar esas demandas por el momento. Pero podrían verse obligados a vender numerosas propiedades con el fin de reunir dinero para un fondo de compensación que podría superar los 1.000 millones de dólares.
La organización fundada en 1910 sufre una sensible caída en las inscripciones y en las finanzas por la cantidad de acuerdos extrajudiciales sobre abusos a menores. La situación empeoró en 2019 después de que Nueva York, Arizona, Nueva Jersey y California aprobaran leyes facilitando que las víctimas presentaran demandas.
¿Hay presos políticos en Argentina?
En otro orden, el presidente argentino Alberto Fernández pidió que nunca más haya una Justicia que decida y persiga según los vientos políticos. El mandatario advirtió vía Twitter que "en los últimos años el lawfare se instaló en Argentina". El término consiste en el uso del aparato judicial para beneficiar o perjudicar a alguien en función de su ideología política.
A dos meses de gestión, Fernández vive su primera crisis interna alrededor de la continuación de las detenciones de estos dirigentes, y del uso del término de "preso político".
Sobre el tema, Sputnik consultó al abogado constitucionalista y académico argentino, Gregorio Badeni, quien opinó que el lawfare no existe sistemáticamente en democracia como regla general.
"Eso no quita que haya algunos jueces que están dispuestos a colaborar con el Poder Ejecutivo para desatar una suerte de persecución contra los opositores invocando o creando figuras delictivas que en la realidad después se demuestra que no existieron", afirmó.
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