Ante la epidemia del coronavirus, que ya se cobró más de 400 vidas, surgieron las especulaciones sobre cómo se originó esta enfermedad y si se podría haber evitado. La teoría más aceptada actualmente es que los murciélagos serían el primer eslabón en la cadena de contagio.
A pesar de que los murciélagos integran la familia de los mamíferos, tienen ciertas características que los diferencian de estos como su capacidad para volar y su metabolismo. Este último les permite que su material genético no se dañe con tanta facilidad.

"Las reacciones inflamatorias son muy dañinas para otros mamíferos, causando distintas lesiones en el organismo, pero a los murciélagos eso no les sucede. Por lo tanto son más tolerantes a tener infecciones víricas sin que les causen problemas", agregó Segalés.
Sin embargo, en la mayoría de los casos el contagio a los humanos no se dio en forma directa sino a través de otros animales, algo que podría haber sucedido también con el coronavirus.
"En el SARS la especie intermediaria fue la civeta, un gato salvaje típico de China, y en el NERS fueron los dromedarios y camellos. Si no hay un contacto directo es muy difícil que el murciélago per se pueda infectar a las personas", concluyó el investigador.