Así, un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), subsidiaria de la ONU, indica que los pueblos originarios constituyen más del 8,5% de la población de América Latina y el Caribe, lo que es una mayor proporción que en cualquier otro sitio del mundo. A pesar de ello, precisamente allí es donde son más pobres.
Entre los indígenas, las menos protegidas son las mujeres, el 7% de ellas cuenta con menos de 1,90 dólares al día para subsistir y más del 85% de ellas no puede conseguir un empleo formalmente registrado. Además, cuando se comprara a los representantes de los pueblos originarios con los trabajadores no indígenas en el continente latinoamericano, los primeros tienen un 31,5% más de probabilidades de ser contratados de manera extraoficial.
El salario de las personas indígenas en América Latina es inferior un 31% en comparación con otros trabajadores, lo que está directamente conectado con el hecho de que casi el 32% de los adultos trabajen sin ningún tipo de estudios y puedan obtener solo empleos sin calificación.