Las hipotecas UVA (Unidades de Valor Adquisitivo) fueron lanzadas en Argentina con la llegada a la presidencia de Mauricio Macri (2015-2019) y tienen la particularidad de no tener tasa fija sino de estar sujetas a la inflación.
Pero en esos cuatro años el aumento de los precios fue de 275 %, muy lejos del aumento de los salarios, que perdieron en este período un promedio de 20 % del poder adquisitivo. Lo que comenzó como el cumplimiento del sueño por tener una casa propia se transformó en una pesadilla para más de 100.000 personas y familias.
"Los bancos no permitían que la relación sueldo/cuota superase el 25 %; hoy hay gente que destina 40, 50, 60 % de sus ingresos a pagar la cuota y con el resto tiene que vivir. El sistema financiero ha hecho pingües ganancias durante los últimos cuatro años, si queremos esfuerzo compartido, pedimos que hagan su parte", dijo a Sputnik Marcelo Mercere, miembro del colectivo Hipotecados Autoconvocados, agrupación se manifestó el jueves 30 de enero en diferentes ciudades de Argentina.
Los deudores manifestaron en diferentes ciudades del país su inconformidad ante los mecanismos de contención, luego de que finalizaran los seis meses de congelamiento en las cuotas iniciado en septiembre de 2019 por la gestión anterior y continuado por el actual hasta febrero.

El Gobierno de Alberto Fernández presentó un plan de contención para amortiguar la suba acumulada durante estos seis meses, y que que alcanza el 26 %, a través de la licuación en pagos prorrateados durante los próximos 10 meses. Pero los hipotecados no están conformes.
La situación del endeudamiento en Argentina es crítica, afecta a gran parte de la sociedad, que recurre a diferentes mecanismos de crédito para sostener un contexto de crisis, recesión y empobrecimiento.
Pero el caso de los tenedores de las hipotecas UVA destaca por tratarse en gran parte de sus hogares, por las ineludibles condiciones de contratación, porque las cuotas son generalmente deducidas automáticamente de las cuentas-sueldo y porque no solo incrementan las cuotas sino el capital a pagar a un ritmo mucho mayor que el de los salarios.
"Nosotros lo que reclamamos a este Gobierno, si bien ha habido un canal de diálogo a diferencia con el anterior, es abordar la cuestión de fondo y salir de la indexación por inflación y buscar la fórmula para ir hacia un crédito tradicional, en el cual tenés una tasa fija, sabés cuánto pagás y no se te aumenta el capital", explicó el miembro de Hipotecados Autoconvocados.
"Hay muchísima gente que entró en mora o está por entrar. Tenés que tener en cuenta que la mayoría de los bancos hace débito directo, es decir que ni bien te depositan tu sueldo te debitan la cuota de la cuenta, por lo que hay pocos morosos pero muchos endeudados por otros lados: con la tarjeta de crédito, con préstamos personales, con familiares", dijo Mercere.