De acuerdo con una evaluación anual llevada a cabo por el Pentágono, las armas de 25 milímetros instaladas en los F-35 de la Fuerza Aérea tienen una precisión "inaceptable" cuando se trata de golpear objetivos terrestres. El armamento, además, está montado en una carcasa que no cumple con las especificaciones y se agrieta con el uso.
El informe listó también 873 imperfecciones en el software de la aeronave, un número menor que los 917 fallos reportados en septiembre de 2018, cuando el avión empezó a participar en las intensas pruebas de combate requeridas antes de que entrara en la fase de producción. Bloomberg puso de relieve que las pruebas que inicialmente se extenderían por un año, ahora durarán al menos hasta octubre.
"Aunque la Oficina del programa está trabajando para corregir las deficiencias, todavía se están haciendo nuevos descubrimientos, lo que resulta en una disminución pequeña en el número general", informó la evaluación.
El informe también apuntó problemas de ciberseguridad no resueltos, los cuales ya habían sido señalados en documentos anteriores.
Pese a las pruebas incompletas y los defectos no resueltos, el Congreso de Estados Unidos ha aumentado constantemente las adquisiciones de F-35 en los últimos años. El avión de combate, además, cuenta con diversos clientes extranjeros, siendo Japón el mayor de ellos, seguido de Australia y el Reino Unido.