'Toco madera', suelen decir las personas cuando, luego de plantear la posibilidad de que suceda algo malo, quieren asegurarse de "espantar" la mala suerte de sus vidas. Así, es común escuchar este tipo de expresión si alguien menciona cosas negativas tan diversas como una enfermedad, perder un examen o una derrota de tu equipo favorito.
Se trata de una tradición común, sobretodo en el Occidente; en América Latina y España, en el Reino Unido, Estados Unidos, pero también en países como Turquía.
La tradición parece haber sobrevivido a la expansión del cristianismo, gracias a que muchos creyentes la adaptaron. Tocar madera ya no hacía referencia a aquellos árboles, sino que ahora refería a la cruz en la que murió Jesús.
Hathaway también se apoya en una teoría del antropólogo polaco-británico Bronislaw Malinoski, según quien este tipo de acciones se explican por los 'rituales de ansiedad' que necesitamos en nuestra vida para lidiar con la incertidumbre. Es decir, apelar a rituales "mágicos" nos ayuda a mantener la sensación de control sobre cosas que, en realidad, no podemos controlar.