El 31 de enero de 2020 marcó el final de un largo proceso que comenzó en 2016, con la intención de algunos sectores del Reino Unido de revisar las condiciones de participación en la Unión Europea y que tuvo un mojón el 23 de junio de ese año, cuando el 52% de los británicos dijo sí a la salida del bloque europeo.
Cuatro años después de aquella decisión, el Reino Unido y la Unión Europea afrontan el final de "un proceso que ha sido tremendamente desgastante para ambas partes pero sobre todo para el Reino Unido", dijo a Sputnik el analista político uruguayo Mauro Casa.
En efecto, desde el inicio del Brexit el Reino Unido ha sufrido el éxodo de varias empresas europeas o multinacionales que decidieron dejar de tener sus casas matrices en 'La City' (distrito financiero) de Londres para trasladarla a otras ciudades del continente, ante el miedo de perder los beneficios que tenían para ingresar al mercado europeo.
Los efectos negativos también se vieron, según Casa, en el plano político, donde el Brexit se consolidó como el tema central del debate en los últimos cuatro años, quitando del centro a otras cuestiones. "No ha habido la posibilidad de poner otros temas en la agenda pública, muy urgentes como la igualdad, el acceso a la salud o la vivienda, porque el Brexit se ha comido la agenda", apuntó.
Casa señaló además que, a raíz del Brexit, el sistema político ingresó en una etapa de "polarización extrema" que "los británicos no conocían desde la época de Margaret Thatcher (primera ministra entre 1979 y 1990)".
¿Un auge del nacionalismo?
Para el politólogo, el proceso del Brexit llevó a la sociedad británica a "un auge del nacionalismo y de posturas extremistas" que, a su vez, redundan en un incremento de la violencia y la intolerancia.
El nuevo escenario hace que los sectores más nacionalistas del Reino Unido "pierdan la vergüenza y el miedo a hacer ruido". Para Casa, se trata de un proceso similar a la que otros analistas identifican en los EEUU de Donald Trump.
El analista estimó que esta configuración política puede ser peligrosa para determinados grupos étnicos, especialmente fuera de Londres.
Boris Jonhson: el populista que ganó con el Brexit
Cuando el Reino Unido comenzó a hablar más seriamente de la posibilidad de salirse de la Unión Europea, el miembro del Partido Conservador Boris Johnson aún era alcalde de Londres. Su respaldo al Brexit pronto lo colocó como uno de los referentes de la propuesta y, cuatro años después, es el primer ministro que concreta la salida del bloque europeo.
El período de Theresa May (2016-2019) al frente de la primera magistratura estuvo signado por la falta de avances y la imposibilidad de lograr acuerdos sobre el Bréxit, algo que benefició a su sucesor, Johnson, en su objetivo de consolidar una "la narrativa de un salvador que venía a concretar esto".
Según Casa, Johnson puede ser definido como "un populista" que ha logrado una exitosa carrera política a partir de centrarse "en lo que él cree que la gente quiere". Así, el politólogo lo caracteriza como un hombre "que va zigzagueando para hacerse con el favor de la opinión pública y que no tiene valores muy sólidos ni una agenda muy coherente".
"Le da a la gente lo que cree que la gente quiere escuchar", sintetizó acerca del actual premier británico.
El ascenso de Johnson al poder fue posible, interpretó, gracias al "hartazgo" de los británicos por las demoras en concretar la salida de la Unión Europea. "Votar a Johnson era la garantía de que el Brexit se hacía de una vez y pasábamos a otra etapa", explicó.
El después: EEUU, la Commonwealth y China
El acceso al mercado europeo tras el Brexit es uno de los puntos que más preocupa a los productores británicos, para quienes Europa representa el destino de aproximadamente la mitad de sus exportaciones totales. Pero cuál será la política de integración británica sigue siendo una incógnita.
El primer paso en intentar mantener la penetración comercial es negociar un acuerdo con la propia Unión Europea. Según Casa, el Reino Unido procurará "conseguir un acceso privilegiado al mercado europeo, como lo tienen varios países que no pertenecen a la UE".
Pero además, dejar de ser miembro de la Unión Europea le permitiría al Reino Unido tener más libertad para negociar acuerdos comerciales con otros países. Una necesidad urgente en un escenario en que el comercio con los demás países de la Commonwealth —con Australia y Canadá como principales mercados de ese bloque— podría no ser suficiente para satisfacer las necesidades de la economía británica.
Para el analista político, "la clave es EEUU" y el respaldo que el Gobierno de Donald Trump pueda darle al Reino Unido en este momento.
"Se supone que el Reino Unido va a explotar ese vínculo privilegiado con EEUU que tiene desde siempre pero que ahora necesita más que nunca", aseveró el analista.
La dificultad, indicó Casa, radica en la postura que adoptará el país norteamericano, caracterizado por un "feroz proteccionismo" en los últimos años y receloso de las relaciones que Londres pueda tener con China.