La provincia más austral de Argentina y el mundo, Tierra del Fuego, comprende también una fracción de la Antártida, continente descubierto por navegantes rusos, y las islas del Atlántico Sur. Mientras continúa el reclamo del país ante los organismos internacionales por la soberanía sobre las Islas Malvinas, no hay discusión sobre el valor simbólico, sentimental y político de estos territorios para el conjunto de la ciudadanía.
"Malvinas no le pertenece a ningún Gobierno, es una cuestión de Estado y como tal tiene que tener una continuidad, una construcción de un relato que potencie los distintos actores que hay en la causa", dijo a Sputnik Edgardo Esteban, flamante director del Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur y primer excombatiente en ser nombrado para el cargo.
En 1833, el Imperio Británico invadió las islas, expulsó a los habitantes argentinos de Puerto Soledad y se instaló por la fuerza, lo que inició la ocupación que continúa hasta la actualidad, interrumpida únicamente durante los dos meses y 12 días que duró la Guerra de Malvinas, entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982.
"Está el sentimiento, la pertenencia, hay una identidad y uno sabe que hay muchas miradas, más entre los que estuvimos allá en 1982. Es un tiempo en el que nos tenemos que dar la oportunidad de construir desde el diálogo, más allá de las diferencias y las disidencias, un punto de encuentro", continuó Esteban.
La misión del Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur
"Cuando se sabe que se han perdido regalías pesqueras desde 1833 a 2015 por 150.000 millones de dólares uno se pregunta cuántas escuelas o programas sociales se podrían haber alcanzado en Argentina. Cuando hablamos de una base militar que está ahí, mirando hacia nuestro Mar Austral pero también lo que significan nuestros pasajes bioceánicos y lo que va a ser la discusión del Tratado Antártico que vence en 2040, mirando hacia el futuro me parece que es tiempo de hacer política", dijo.
El Museo Malvinas fue inaugurado en 2014 y trasciende el conflicto bélico. Se trata una mezcla de espacio de registro historiográfico, geográfico y biológico, que tiene un espacio importante dedicado a la guerra pero que también funciona de puerta de acceso a la distancia al archipiélago y la Antártida Argentina.
Aquí conviven mapas y maquetas, reliquias bélicas, representaciones de los animales autóctonos y la destacada avioneta Cessna 185 con la que voló el piloto civil Miguel Fitzgerald en 1964 para desplegar en las islas, en un acto de rebeldía patriótica, la bandera argentina y reclamar la soberanía.