"En las próximas semanas se iniciarán conversaciones para valorar la idoneidad del proyecto y la posibilidad de que se pudiera instalar en Madrid", señalan a Sputnik fuentes del departamento de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Madrid.
Barcelona rechazó el 27 de enero un proyecto para construir una sede del Hermitage en el puerto de la ciudad debido a las conclusiones negativas de cuatro estudios sobre la viabilidad del mismo.
Barcelona no descartó habilitar la apertura de una sede del Hermitage en otras zonas de la ciudad y pidió a los promotores de esta iniciativa reformular el proyecto con el fin de dar respuesta a las dudas planteadas en los documentos.
Ante el escenario abierto por el rechazo, el Ayuntamiento de Madrid, encabezado por el conservador José Luis Martínez Almeida, decidió dar un paso adelante para postularse acoger el proyecto.
"Madrid está abierta a todas las sensibilidades artísticas y, por este motivo, no se va a vetar a nadie para que pueda presentar su proyecto en la ciudad", apuntan desde el consistorio.
El área de Cultura y Turismo de Madrid dice lamentar que la sede no vaya a ver la luz en Barcelona porque "era un buen proyecto para los vecinos de un área degradada (…) tras varios años de gobierno de la actual alcaldesa".
"Sorprende que se diga que el proyecto no encajaba en el litoral, al tiempo que no les ofrecen ninguna otra alternativa, por lo menos que se sepa públicamente, aludiendo a que ese tipo de proyecto no encaja en su concepto de ciudad", señalan las fuentes consultadas por Sputnik.
Recientemente, diversas personalidades de la política madrileña aseguraron que se encontraban en conversaciones con los organizadores del Mobile World Congress (MWC) para llevarse el evento a Madrid.
El MWC, una de las mayores ferias de tecnología móvil del mundo, lleva celebrándose desde el año 2006 en Barcelona, donde cada año genera un importante impacto económico.
Tras conocer el anuncio de que Madrid intentaría llevarse el MWC, Colau acusó a los dirigentes conservadores de la capital española de buscar "confrontación y polémica" entre ambas ciudades, un enfrentamiento que previsiblemente se profundizará con el abordaje madrileño al proyecto del Hermitage.