Cuando los exploradores rusos Fabian Gottlieb Bellingshausen y Mijaíl Lázarev descubrieron el continente antártico el 28 de enero de 1820, seguramente no imaginaban el valor que esa tierra tendría para el futuro de la Humanidad. Mucho menos que, a 200 años de su proeza, una parte de ese territorio sería crucial en el plan de desarrollo de la provincia más austral del mundo.
La porción de la Antártida incluida en la provincial se corresponde con el territorio del continente blanco reclamado por Argentina desde 1943 y que también es disputado por el Reino Unido y parcialmente por Chile. La entrada en vigencia del Tratado Antártico en 1959, que entre otras cosas limitó la ocupación de la Antártida a tareas científicas, dejó en suspenso el conflicto territorial entre los países, aunque permite a Argentina incluir ese territorio en su cartografía oficial.
"Para nosotros como provincia es una responsabilidad y oportunidad enorme tener nuestra jurisdicción a la Antártida y constituir una de las provincias más grandes del mundo, con más de 1 millón de kilómetros cuadrados", destacó, en diálogo con Sputnik, Andrés Dachary, secretario de Malvinas, Antártida, Islas del Atlántico Sur y Asuntos Internacionales de Tierra del Fuego.
Días antes de cumplirse los 200 años del descubrimiento de la Antártida, una delegación oficial del Gobierno de Tierra del Fuego, integrada por Dachary, visitó el continente blanco para estar en contacto con los funcionarios, científicos y militares que pueblan las bases argentinas en el lugar.
De todos modos, el funcionario remarcó que la Antártida Argentina no es un territorio más, sino un "desafío geoestratégico y geopolítico enorme" para Argentina. La posibilidad de instalar en la zona un "polo logístico" es una muestra del potencial que el sector antártico puede tener para el desarrollo de la provincia, según enfatizó el jerarca.

En el otro extremo, el Gobierno de Tierra del Fuego encara el desafío de lograr que la Antártida no sea un territorio extraño para los fueguinos. "Desde que se ha instituido el mapa bicontinental (mapas argentinos que obligatoriamente incluyen a las Malvinas y la Antártida Argentina), los fueguinos hemos tenido presente no solo a la Antártida sino también a las Malvinas", remarcó.
Una prueba del sentir argentino sobre las Malvinas es que la provincia de Tierra del Fuego administra la que actualmente es la única escuela primaria en todo el territorio antártico: la Escuela Provincial n°38 Raúl Ricardo Alfonsín. Inaugurada en 1978, fue la primera escuela en la zona y, desde que cerró un centro similar chileno en 2018, es la única forma que tienen los niños de educarse en el territorio.
Pero no se trata de la única apuesta democratizadora de la Antártida que impulsa la actual administración de Tierra del Fuego, encabezada por el gobernador Gustavo Melella. Dachary explicó que el Gobierno fueguino evalúa alternativas para lograr desarrollar el "turismo sostenible" hacia la Antártida.
Dachary recordó que actualmente existen varios cruceros que recalan en el puerto de Ushuaia y desde allí hacen una visita a la Antártida. Sin embargo, la intención de la administración es facilitar a los habitantes de la provincia las visitas a la isla, algo que en la actualidad es sumamente caro.
"Queremos que puedan acceder a estas ofertas turísticas y puedan estar presentes en este territorio, de manera de conocer, socializar y querer más a este continente", sostuvo.
No se trata de una tarea fácil: Dachary reconoció que en la actualidad la logística para llegar a la Antártida "es muy compleja" y demanda un gran esfuerzo por parte de las Fuerzas Armadas argentinas. Además, habilitar los viajes al territorio demandaría que los posibles visitantes tuvieran que pasar exigentes controles médicos para asegurar una estadía segura.