La fuente de estas burbujas es de procedencia geológica. La región, llamada Soda Springs, está ubicada en un tramo de agua llamado el Pasaje de la Isla Verde, entre las islas de Luzón y Mindoro.
Se informa que está muy cerca de un próspero sistema de arrecifes de coral, por lo que podría servir para estudiar la manera en que los ecosistemas marinos se adaptan al cambio climático.
Al estudiar el impacto de las aguas subterráneas de las islas cercanas a los ecosistemas oceánicos el equipo de investigadores descubrió Soda Springs, una zona creada por un volcán cercano. El dióxido de carbono se ventila a través de grietas en el fondo del océano, causando este efecto de burbujas de champán.
"Es realmente una gran parte del océano que queda inexplorada porque no es suficientemente profunda para los vehículos operados a distancia y es demasiado profunda para los buzos habituales", explicó.
Los investigadores aseguran, que la zona emite burbujas ya desde hace mucho tiempo, tal vez incluso miles de años. Sin embargo, Soda Springs podría ser la mayor concentración de dióxido de carbono jamás encontrada en la naturaleza.
Las mediciones revelaron concentraciones entre 60.000 y 95.000 partes por millón, que es hasta 200 veces más alto que las concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono.
No obstante, ese nivel se reduce rápidamente a medida que el gas se diluye en las aguas circundantes, pero aun así, las concentraciones siguen siendo más altas que el promedio, indican los investigadores.
Los científicos señalaron la necesidad de estudiar la vida marina que se adaptó a niveles más altos de CO2.
"La vida sigue prosperando allí, pero tal vez no del tipo al que estamos acostumbrados. Necesitan ser estudiados", recalcó Cárdenas.
Respecto al objetivo inicial del estudio, los investigadores encontraron los lugares en los que se filtraban aguas subterráneas en el océano a lo largo de la costa de la isla que estaban estudiando.
Según los científicos, el hallazgo se revela como un gran problema, porque representa un medio no considerado anteriormente que transfiere contaminantes humanos al mar.
"Este estudio realmente amplía nuestro conocimiento sobre lo que sucede en estos ambientes y ha demostrado que estos agujeros pueden cambiar la química del agua de mar en grandes áreas", concluyó.
Los resultados se publicaron en Geophysical Research Letters.